Please wait, content is loading
Cuando Giovanni empezó a hablarnos de esta idea, el proyecto aún estaba en ciernes. La intención era crear una obra floral «suspendida en el vacío», un largo corredor central que pudiera definir la estética de una mesa imperial.
Trabajando juntos en el estudio, refinamos la visión paso a paso. Cada toma, cada ángulo, cada cambio en el decorado ayudó a dar forma a lo que inicialmente era sólo una intuición. La mesa floral se convirtió en un elemento que parecía flotar en el espacio, una combinación del poder de la naturaleza y la elegancia de la técnica. Se cuidó con precisión cada detalle del decorado, desde la iluminación hasta el arreglo floral, pasando por encontrar la perspectiva perfecta que realzara la obra.
El resultado final es una imagen que habla de equilibrio e irregularidad. Las flores, dispuestas en una composición aparentemente espontánea, siguen una lógica precisa que acentúa la longitud y ligereza de la mesa. La instalación no es sólo un elemento decorativo, sino una obra que capta la esencia de una mesa imperial transformada en un símbolo de elegancia atemporal.
Lo que narra este proyecto no es sólo un logro, sino un viaje. La colaboración entre quienes concibieron, montaron e inmortalizaron la instalación fue el núcleo de esta obra. Cada elección, cada detalle ha contribuido a crear una imagen que vive más allá del momento de la toma, inspirando a quien la contempla y dejando una huella en el tiempo.